Que yo era de las que si te veía con otras tenía celos de hojalata, porque sabía que después me mirarías, me guiñarías un ojo y me dedicarías esa media sonrisa tuya, que era de las que cuando te veía después de dos semanas de lanzaba entre tus brazos con mil besos e historias que contarte. Que era de las que se moría por entrar en tu cama los sábados por la noche aunque luego era la más tímida  cuando se hablaban de esos temas. Que era de las que se reían de todo y a la vez de nada. Que yo era de esas que se hacía la interesante aunque luego de interesante no tenía nada. Que el juego de miradas nos gustaba, pero el brillo en nuestros ojos no duraba. Que nos queríamos, aunque no lo demostrásemos porque nunca no lo dijimos. ¿Y sabes cuál es la diferencia entre esas minas con las que estabas y yo? Que yo te hago sonreír con la ropa puesta.